La izquierda peruana ha mantenido agua tibia y oídos sordos ante las violaciones de estado de derecho que Evo Morales cometió al pretender reelegirse cuando no estaba facultado constitucionalmente para hacerlo y querer luego hacerlo con fraude, como quedó demostrado en el primer proceso electoral. Esto siembra legítima preocupación respecto de que si la izquierda peruana llegara al poder también recorrería caminos ambiguos como ha hecho Evo y como hace Nicolás Maduro.