La reciente confesión de Luis Nava, exlugarteniente de Alan García, es un tremendo golpe político que afecta al Apra y tendrá efectos demoledores. Es probable que ese partido no pase la valla electoral en las siguientes elecciones. Y es lamentable que una nueva generación de apristas insista en hipotecar su futuro a los restos y escombros morales de García.