Cuando aparecen los audios de la vergüenza, esto se viene abajo. Se desmorona el castillo de naipes y el aprokeikismo pierde control sobre las instituciones judiciales y fiscales; eso explica las desventuras judiciales de Alan García y Keiko Fujimori. No porque haya una mano negra detrás de sus procesos, sino porque se decidió investigarlos como correspondía. Lo que el keikismo durante estos días pretende hacer con el presidente Martín Vizcarra y la Corte Interamericana de Derechos Humanos es un delirio.