Si no queremos más congresistas deleznables que forman parte del actual Congreso de la República, tenemos que hacer la reforma política ya. Por lo pronto, eliminar el voto preferencial, disponer listas cerradas con elecciones internas, entre otros. No podemos seguir abriendo la puertas del Legislativo a aventureros que -por dinero, contactos o prebendas- logran infiltrarse en él para su propio beneficio.