Millones de alumnos de colegios públicos peruanos necesitan no solo educación sexual sino un claro y sustancioso enfoque de género en toda la currícula escolar.  El Estado peruano es laico, y por tanto no debe responder a principios confesionales, sino más bien debe aplicar para los educandos una política educativa moderna, tolerante e inclusiva. El gobierno no debe ceder ante la alharaca ultraconservadora que pretende sabotear una política educativa que por cierto es tímida.