El nuevo Legislativo debe trabajar de la mano con el Ejecutivo en iniciar la reforma del Estado, una reforma crucial, la madre de todas para convertir el Estado peruano en uno ético y eficiente, libre de corrupción y de burocracia. Hay que recordar que esta reforma se quiso hacer durante el segundo gobierno de Alberto Fujimori, pero este la anuló, la bloqueó porque no le interesaba agitar las aguas para así poder reelegirse en el año 2000.