La última entrevista que brindó Keiko Fujimori da cuenta de muchas cosas, entre ellas que mantiene vivo aún este rencor con Pedro Pablo Kuczynski (PPK) porque sigue considerando y está convencida de que le robaron las elecciones presidenciales del 2016 y de que el gobierno de Ollanta Humala hizo trampa para favorecer a su contrincante. Aún no logra superar este resentimiento.
A este rencor, le ha sumado otro: ahora el que tiene a su hermano Kenji Fujimori por su apartamiento del partido Fuerza Popular (FP) y llevarse consigo a un grupo de congresistas.
El problema es que estos dos rencores deberían estar inmersos en la psicología personal, pero lo que ocurre es que se traducen en actos políticos. Sin ninguna duda, la decisión tomada anoche de apoyar la moción de vacancia presidencial contra PPK se debe a que, con ello, se vengaría de los dos.
Es lamentable que una política con pretensiones de ser presidenta se deje llevar por espíritus psicológicos primarios.
