La decisión del presidente Pedro Pablo Kuczynski de declarar persona no grata a Nicolás Maduro y retirar la invitación que le hizo para la Cumbre de Lima es una buena noticia de política exterior. En la otra orilla, no podemos dejar de mencionar la responsabilidad política e histórica de la izquierda peruana. ¿Por qué no se pronuncia con energía sobre lo que ocurre en Venezuela? ¿Sigue siendo cómplice ideológicamente con ese modelo político y económico?