El nuevo acto de violencia contra la mujer conocido este jueves muestra que este tipo de violencia no tiene credo ideológico ni clase social ni raza. No tiene distingo, el machismo se extiende a todo el espectro social.

No estamos ante faltas éticas o inconductas personales, sino ante un delito que nuestra legislación debe sancionar, pero adicionalmente se requiere de una política pública que incluya una política educativa que siembre la igualdad de género en nuestra sociedad.