Uno no llega a entender cabalmente a este gobierno que no hizo cuestión de confianza con el exministro Saavedra, tampoco con Thorne y ahora sí lo hace por la ministra más debilitada del régimen, que es Marilú Martens.
Lo real y concreto es que ya dio un paso y eso exige una serie de pasos subsiguientes para tener algún sentido político. El gobierno ha decidido hacer cuestión de confianza y eso va a llevar a la salida de todo el Gabinete Zavala, que dicho sea de paso no es una mala noticia, pero lo que se esperaría es que este gobierno esté políticamente preparado y no solamente afronte este choque de poderes, sino que tenga listo un nuevo Gabinete dada la eventual circunstancia de que la censura finalmente igual se produzca.
Me parece bien que el gobierno se faje por sus políticas, por sus ideas, lo que estaba en juego aquí es la reforma educativa, no solamente la presencia de la ministra Martens. Hay fuerzas conservadoras que quieren tumbarse las reformas bajo la mal llamada idea de la ideología de género, hay sectores mercantilistas de universidades contra la reforma universitaria.
El gobierno no podría quedarse con los brazos cruzados, ni con los pantalones mal puestos. En esa medida, es saludable esta decisión, pero ojalá sea el primer paso de una estrategia política y no un manotazo de ahogado desesperado ante una sistemática obstaculización por parte de la bancada Fuerza Popular.
(Foto de portada: Prensa PCM / Flickr)
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